Cada vez que conversaba con mi padre y llegaba el momento de una decisión, siempre me decía lo mismo… “Agarra papel y lápiz”
A nosotros, los seres humanos, nos gusta en ocasiones complicarnos la vida sin necesidad. Muchas de esas complicaciones provienen de una mala decisión, la cual, aunque busquemos e incluso encontremos “culpables”, el verdadero no es otro sino aquel que podemos ver en un espejo.
La técnica del papel y lápiz es sencilla. Generalmente, para una toma de decisión existen dos posibilidades: si-no; voy-no voy; lo hago-no lo hago… también podrían existir más alternativas. El hecho es que sobre la hoja de papel voy a delimitar dos campos —o tantos como alternativas existan— En cada campo voy a escribir los argumentos que justificarían el porqué de la decisión correspondiente. En el campo “por qué sí” estarían todos los argumentos a favor de un Sí, de igual manera en el campo “por qué no” se encontrarían los respectivos.
Pareciera que algo tan simple no pudiese ser aplicado a decisiones importantes o fundamentales, pero en realidad es igual de válido. Piensa por un momento en las decisiones importantes que has tomado en tu vida, especialmente “las malas decisiones”; veras que de haberlo analizado de esta manera, posiblemente la decisión hubiese sido otra.
No se trata de ninguna magia, simplemente el hecho de escribir los argumentos a favor o en contra en un papel nos permite: por una parte eliminar o disminuir la emotividad, que generalmente acompaña a las malas decisiones; y por la otra, muy relacionada, nos presenta de manera visual y objetiva los argumentos a favor o en contra para determinada decisión.
Nuevamente la honestidad y la sinceridad tienen un rol clave para que esto funcione. Si necesito tomar la decisión de renunciar o no a mi trabajo, no debería colocar argumentos tan generales como “mi jefe y yo no nos entendemos” sin detallar ¿En qué? No nos entendemos, o es que no me pagan lo suficiente, sin saber exactamente “cuánto es suficiente”, si mi cargo los vale, si mi evaluación lo justifica…
Todos los días de nuestra vida tendremos que tomar decisiones, la mayoría de ellas sin trascendencia. Que hoy haya decidido usar la corbata azul en lugar de la verde, no acarreará mayores consecuencias en mi vida, pero una inversión, un cambio de empleo, una mudanza, el colegio de los niños, las elecciones del país; si van a tener consecuencias sobre mí y mi entorno.
Cuando se trate de algo importante, nunca tomemos una decisión a la ligera; sus consecuencias nos podrían acompañar por el resto de nuestras vidas. La próxima vez… “Agarra papel y lápiz”
